¿Cómo no me di cuenta? (Columna)

0
7941

A veces las verdades son muy dolorosas.

Por Doctora Sara. 

Nos damos vueltas y vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño; algo nos molesta, algo nos inquieta, no encontramos acomodo, no nos relajamos. Necesitamos paz, necesitamos que se vaya esa pesadez en la cabeza y el pecho, pero no, no hay forma….y finalmente caemos rendidos, agotados de tanta inquietud. Al día siguiente nos levantamos, esperando que el trajin de un nuevo día nos envuelva en un torbellino de olvido. Seguimos con la rutina, las ilusiones, las motivaciones y expectativas. Alejamos de nuestra mente todo pensamiento turbio, todo pensamiento que contradiga ese mundo ideal que nos creamos y que con tanto esfuerzo tratamos de sostener. Pero alli vamos, nuevamente, a encontrar la realidad frente a nuestras narices, esa realidad que tan difícilmente tratamos de eludir. Y nuevamente sufrimos, nos lastimamos, lloramos y nos desesperamos, pero no nos queremos rendir. Preferimos ver y dejar de ver, observar y esquivar, despertar y dormitar.

Preferimos el sueño a la realidad, la mentira a la verdad, el silencio a la exclamación.

Hasta que un dia, sin motivo peculiar ni agravio especial, decimos :”No más”

“Esto no lo quiero más” “ Hasta aquí” “ Así no sigo más”, e inmediatamente nos preguntamos “?Cómo no me di cuenta antes de lo que estaba pasando?”

No importa si no te diste cuenta antes, si tuviste que sufrir y esperar. La realidad es que SÍ te habías dado cuenta, pero no estabas preparado para enfrentarlo; a veces las verdades son tan dolorosas, que la manera más sencilla que tenemos para defendernos de tanta pena, es la NEGACIÓN. Es un mecanismo primitivo pero inmediato para poder seguir adelante sin aceptar lo que realmente nos está sucediendo. El problemas es que este mecanismo no es permanente, y por más que intentemos escapar de una realidad, tarde o temprano ésta se impondrá, alentándonos a que digamos basta: basta al maltrato, al desamor, al sometimiento, el abandono, y muchas otras situaciones negativas.

Cada uno tiene su tiempo, y no es cronológico, es un tiempo de maduración. Mientras eso nos sucede, acudimos a diversos mecanismos de ayuda para poder entender, elaborar y resolver.

La negación o re-negacion de una realidad son la respuesta transitoria para pasar de un “no me di cuenta” a un “ me doy cuenta, y no quiero más”. Tómate tu tiempo y pasa de uno a otro cuando te sientas capaz de poder avanzar”.

* La Doctora Sara Malagold es psicóloga y neuropsicóloga; nació en Uruguay y ha vivido en Argentina, en Israel y actualmente reside en Nueva York, donde atiende consultas privadas y trabaja para el Departamento de Educación

Compartir
Artículo anteriorTodos somos vulnerables (Columna)
Artículo siguiente“Adelante, Capitán” (Columna)
La Doctora Sara Malagold es psicóloga y neuropsicóloga; nació en Uruguay y ha vivido en Argentina, en Israel y actualmente reside en Nueva York, donde atiende consultas privadas y trabaja para el Departamento de Educación